Valparaíso, Chile
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Expresiones Territoriales del Illimani

Expresiones Territoriales del Illimani

En el contexto del proyecto Anillos “GeoHumanidades y (Bio)Geografías Creativas abordando la sustentabilidad y co-conservación a través de ’Inmersión Rizomática’”, desarrollado por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad Católica del Maule, el artista Ozzo Ukumari, explicó la importancia de cómo las expresiones del territorio están compuestas también por los paisajes sonoros. Ozzo, fue parte de una interesante experiencia de registrar el espacio sonoro de los ecosistemas de Illimani, el ancestral símbolo de las montañas andinas que le dan el telón de fondo a la ciudad de La Paz, en Bolivia. Luego de su visita a esta zona glaciar y de ricos y ancestralmente ingeniosos sistemas agrícolas de las comunidades andinas para convivir con los ciclos del agua, este artista afirma que es necesario “generar más archivos sonoros, más paisajes sonoros, porque en un futuro próximo será posible ver a través del sonido”.

ozZo Ukumari -Licenciado en Arte por la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de Bolivia y fundador del movimiento ARTErias Urbanas-, afirma que la motivación de registrar el paisaje sonoro de las montañas Illimani fue una invitación de Marisabel Villagómez y que luego de visitar diferentes alturas de este ecosistema andino, los artistas expusieron su viaje en el Centro de la Revolución Cultural, que es un nuevo espacio que ha abierto la Fundación Cultural de Bolivia. Todo esto se realizó en el contexto de proyecto curatorial Illimnani in Situ que reunió a 14 artistas a explorar desde una perspectiva basada en el arte y la creatividad.

Ukumari relata que registró “las aguas, después de un deshielo, en las faldas de Illimani, en la comunidad de Cohoni”. Estos territorios “eran los jardines del Inca, donde habían desarrollado una cultura hidráulica con diferentes pisos de cultivo y cerca de los Yungas, donde existe un microclima muy especial, y es donde está la ruta de los Incas y donde las comunidades siguen utilizando estos canales”.

OzZo afirma que para realizar su obra, diseñó una cuadrafonía dentro de un cubo de cristal, para lo cual necesitó mucho silencio y tiempo para hacer el registro del paisaje sonoro de esos territorios: “Registre un tramo de como baja el agua desde el Illimani hasta los sembradíos. Eso lo traduje en una obra que se puede escuchar en la web, pero la instalación física funciona con cuatro parlantes en un sistema envolvente. De esto emerge también la idea de ‘las memorias del agua’”.

Si bien el Illimani representa el paisaje cultural, también representa un hito muy potente dentro de la comunidad científica porque es un lugar donde se encuentra un  ecosistema de glaciares clave para los hábitats  de alturas menores a ese cordón montañoso.

Ukumari cuenta que “hace poco tiempo vino una expedición de científicos que estaban viendo los sistemas de glaciares del mundo para entender la memoria. Ellos lo que hacían era sacar una muestra de un tubo de hielo y veían diferentes cosas según la profundidad de esa muestra y a diferentes estratos donde obtenían mucha información biológica”.

“Ahí se puede ver como en el agua se ha perpetuado la memoria en diferentes estratos”, reflexiona ozZO y agrega que “el agua también tiene un fenómeno de transformación y como nosotros y el planeta somos 70 por ciento de agua, la mayoría de los seres vivientes tienen agua dentro de su composición, incluso los que dicen que no tienen vida, pero para nosotros de las culturas andinas todo está vivo, todo tiene un alma y por lo tanto todo tiene que ser respetado”.

Respecto a esto, justifica que “entones si hay respeto, esa cosa que parece inmaterial, también tiene una memoria, porque el tiempo ha pasado sobre él o ella, entonces tu puedes leer a través de él, puedes leer su historia, solo que es otro tipo de lenguaje”.

En la travesía artística de visitar los ecosistemas de Illimani y luego montar la exposición, ozZo dice que le pareció “muy interesante como el agua termina un proceso y se convierte en otra cosa, y se convierte en otra cosa, en un ciclo infinito”. En función a la base poética del ciclo del agua, el artista señala que hay “entender la transformación en uno, en la vida, y para entender también de que en el agua puede existir tanta memoria”.

Todos esos procesos, “esas transformaciones que han llevado a una pequeña gota a gasificarse y después volverse otra vez lluvia y después circular por los ríos y cumplir todo un ciclo, también se puede percibir dentro del sonido” y es ese ejercicio que el artista propone con su obra expuesta en La Paz.

OzZo señala que la importancia de registrar los paisajes sonoros es para entender y seguir investigando que “hay na situación con el sonido que es mucho más potente que la vista. Si tu no ves algo a través de una pared, no vas a sentir que hay una presencia ahí. Sin embargo, con el sonido es diferente, inclusive podemos tener una relación espacial muy interesante al entender cuántas habitaciones existen solo por el sonido de cada uno de los lugares o cómo reverbera tu propia voz en el espacio para entender que si ese espacio es más amplio o más pequeño, si tiene muchas paredes, etc.”.

Respecto al patrimonio que se resguarda a través del sonido el artista señala que “pareciera que no fuera muy importante grabar el agua específicamente en ese lugar, porque podría haberse tomado el sonido en la pila de tu baño y hubieras podido recrear mucho de los mismos sonidos”.

Pero “todavía la ciencia acústica, la ciencia del sonido, está aprendiendo esta cualidad sonora” que permitirá “entender mejor el espacio geográfico”. Y si la ciencia del sonido se desarrolla podríamos entender de que cada material tiene un índice de refracción, un índice de reverberación, de absorción del sonido. Y entonces con el sonido también podríamos ver de alguna manera.

OzZo reflexiona que al obtener “un sonido de una fuente original” de un espacio determinado “en un futuro se podrá volver a proyectar ese espacio solamente con la información sonora”.

Entonces si traspasamos esto al lado de la visualidad y la comparamos con las maquetas de arquitectos, “podríamos decir que en algún momento vamos a tener esa misma capacidad a nivel sonoro”. En en unos años más “vamos a poder generar imágenes que nos hagan recordar dónde, cómo estábamos y qué ambiente nos envolvía”, dice Ukumarí.

Es necesario “generar más archivos sonoros, más paisajes sonoros porque en un futuro próximo estoy convencido de que vamos a poder ver a través del sonido”, dice el artista andino.